¿Deben los museos cuidar de sus usuarios?
¿Qué pensáis? Estoy segura de que la mayoría opina que “por supuesto que sí”. Que sería lo normal. Si los usuarios que van a un museo, salen descontentos del mismo, no volverán a ir fijo. Y si encima, hablan de la mala experiencia, utilizando el boca a boca, puede que familiares y amigos tampoco.
¿Y a qué viene esto? Recientemente, como mucho ya sabréis, nos hemos embarcado, junto con unos compañeros, en el emprendimiento cultural. Nuestra intención era ponernos en contacto con algunos museos de Valencia para crear sinergias, o lo que es lo mismo, realizar algún tipo de colaboración. En este tipo de colaboración, a mi me interesa el uso de los espacios museísticos para realizar talleres didácticos inspirándome en sus colecciones permanentes. Algunos museos, ya sea por falta de personal o recursos económicos, no pueden realizar una programación de talleres o actividades tanto como les gustaría, pero sí que disponen de espacio para poder realizarlos. He aquí la cuestión: ¿y por qué no ceder ese espacio durante un lapsus de tiempo a ciertas iniciativas, organismos, individuos o empresas culturales? Al final y al cabo, se trata de darle nuevos usos a los espacios museísticos, a la vez que crear colaboraciones con otros individuos. No es una idea tan descabellada, y lleva muchos años haciéndose, y con buenos resultados, si se me permite decir.

Hace poco, he tenido los dos ejemplos. Uno bueno y otro malo. Y espero, sinceramente, que este último no se repita demasiado. Primero voy a empezar por el bueno. Es el caso del Museo de l´Iber de Valencia, más conocido como el museo de los soldaditos de plomo. Nos conocimos por Twitter durante la #MuseumWeek y pronto quedamos en hablar de estrechar colaboraciones futuras. Aunque es un museo que cuenta con pocos recursos económicos y humanos, y no es tan conocido como otros, no me deja de sorprender que a veces las ganas de crear y hacer cosas por parte de su personal, puede más que el resto de contras (falta de personal y recursos económicos). Quedamos con ellos y nos enseñaron todo el museo y estuvieron encantados de ofrecer su espacio museístico para poder realizar actividades y talleres didácticos en el mismo. Nos estuvieron contando que una manera de captar recursos para el mantenimiento del museo y otros menesteres era ese, la cesión de sus espacios (es un palacio renacentista precioso) para eventos como bodas, publicaciones de libros, mesas redondas, etc. Y aunque tienen muchas gracias de innovar y tener una amplia programación, a veces, no se puede. No por eso cierran los ojos (y las puertas) sino que están abiertos a colaborar y hacer del museo un lugar más social y participativo. Crear comunidad con programaciones diversas, ya sean suyas u de otros. Al fin y al cabo, el museo es un espacio para el disfrute de la sociedad y no para permanecer cerrado. Debo decir que el trato con el personal fue inmejorable ese día y también después, no sólo enseñándonos sus instalaciones, sino también ofreciéndonos material informativo del museo si nos hiciese falta. Nos fuimos con un agradable sabor de boca de allí. Ya enviadas las propuestas de los talleres didácticos, dentro de poco estaremos allí disfrutando de su personal, el museo y los que se apunten a los talleres. Y tenemos muchas ganas.

Ahora viene la parte mala. Me puse en contacto vía e-mail con el Museo de Bellas Artes de Valencia. Un museo que ahora mismo, no está en su mejor momento. Desde desperfectos importantes en la fachada de su museo, hasta problemas con la directora del mismo. El problema es que esto se sabe y las noticias vuelan tanto en la prensa, como en las redes sociales. Pero volviendo al tema. Les mande un e-mail y les avise por su página de Facebook del mismo (por si acaso). Tres semanas después, y “sin noticias de Gurb”. No he recibido respuesta alguna. Les volví a enviar un mensaje a su Facebook contando lo decepcionada y la poca profesionalidad que han demostrado, ya que, aunque no quieran colaborar con nosotros, lo menos que pueden hacer es contestar el e-mail. Creo yo. ¿Vosotros no haríais lo mismo? El Museo de BB.AA. cuenta con unas grandes instalaciones y una colección de arte envidiable, pero no sé porque, si por la gestión, la difusión u otros problemas, no es tan conocida en Valencia y el resto de España como debería ser. Ante estos problemas que os he contado, ¿No creéis qué sería beneficioso contar con empresas u organismos que quisieran dar difusión a esta institución cultural haciendo uso de la misma? Siempre se dice que hay que fomentar la cultura, el turismo, la educación patrimonial en los más pequeños… pero ¿Cómo hacer esto posible, si desde las propias instituciones culturales se niegan a contestarte un simple e-mail y te cierran las puertas? ¿Qué hacemos entonces?…
Por suerte, no todos los museos son iguales. Y es que hay museos – para mal – y MUSEOS – para bien-. Y menos mal. Ante el último ejemplo que os he contado, sólo puedo pensar que el Museo de BB.AA. de Valencia no se preocupa por sus usuarios o futuros visitantes. Si no son capaces de contestar un e-mail, ¿serán capaces de gestionar a su público de manera adecuada? ¿A los qué escriben reclamaciones? ¿A los investigadores que necesitan información sobre su colección? ¿O a otros usuarios con otros problemas o necesidades? Desde luego mi decepción ha sido grande. Y su falta de profesionalidad también. Hay quien me ha dicho por Twitter que no debería sorprenderme. Que eso es así. Pero sí que me sorprende, ya que un museo es un espacio no sólo para conservar las obras de arte u otros bienes patrimoniales, sino también para atender a los visitantes y cubrir sus necesidades. ¿No se supone que los museos deben ser espacios sociales y no espacios de veneración y culto? ¿Estamos en un museo del s.XXI o aún en pleno s.XIX? Un museo debe atender a su comunidad, integrarla dentro de sus recursos disponibles, de la mejor manera posible y sobre todo, contestar a los mismos ya sea vía e-mail, Facebook, Twitter u otras redes sociales.
Si lo que quieren es un museo donde no les moleste la gente, que cierren sus puertas. Pues ahora más que nunca, los usuarios quieren participar en las instituciones culturales activamente, y no sólo callar y mirar. Esto ya no debería existir. Los museos deben convertirse en espacios de aprendizaje y debate. Museos para estar. Y no museos a los que no entras por miedo a que te regañen, no puedas hablar o en los que no te atiendan. Sólo espero que este caso sea puntual, ya que si no es así, mucho me temo que no habremos avanzado tanto como me gustaría, y sólo podré ver con cierta envidia, como en países como Inglaterra, Francia, EE.UU… se preocupan más y más por integrar a la sociedad y crear comunidad. Hacerles participes de cada momento que se vive allí. Convertir el museo, en una segunda casa. En una casa donde la cultura y la sociedad van cogidas de la mano, creando algo único y colaborando. Tal vez dentro de unos años…. Tal vez nunca… Tal vez en nuestros sueños.
Está muy clara la diferencia
Hola Sara,
para empezar decirte que me parece fantástica la idea de interactuar con la exposición de un museo a través de los talleres y, sobre todo, que saques esa energía y esas ganas de luchar por tu proyecto para llevarlo a acabo.
Sobre el Museo de Bellas Artes, parece que tienen… ¿cómo te diría yo?… la casa patas arriba. Lo que no es excusa para desatender la organización del museo. Es como si te has peleado con tu amante (que además es tu jefe) y te dedicas a borrar mails en vez de contestarlos. No es serio, no es profesional y, sobre todo, dista mucho del servicio hacia el visitante/público que debe tener un museo.
Sobre el Museo del I’Iber, es el claro ejemplo de cuando se juntan personas entusiastas con buenas ideas, los proyectos salen. Y si además, se contase con más presupuesto, ya sería la pera! Lástima que el entusiasmo/presupuesto no suele (ojo, que en algunos casoso, sí) unido!
Es como si cuando el dinero entra por la puerta, las ganas de superarse e ideas salieran por la puerta… (o algo así).
Felicidades por el post. Reflexivo y real como la vida misma.
Un abrazo,
Libe
pd: y ya que estaba, también me he dado un garbeo por el post de ARPA. Igual me animo este año. Yo siempre he tenido muchas ganas de ir… a ver si también me voy a llevar una desilusión.. 😉
Libe! se me había pasado por completo este comentario!!! Ahora lo solucionamos en un periquete 😉
Hay si yo te contará… últimamente son todo malas noticias y todo por culpa de una mala gestión en muchos sentidos. La última noticia es que se ha inundado parte de un (creo que era) almacén. Muchas veces, los grandes museos no hacen caso de los pequeños empresarios/gestores/profesionales culturales… supongo que nos veran como seres insignificantes. Aunque hay de todo en todas parte. Los museos pequeños/medianos, al poseer menos personal y dinero, tienen que ingeniárselas y ser más creativos. En España contamos con numerosos casos, el Museu L´Iber (Valencia), Museo del Libro (Burgos), Museo-Casa Lis (Salamanca), Museo del Romanticismo (Madrid), etc. y es genial porque no están tan encorsetados y pueden realizar acciones con más libertad, además de contar con las colaboraciones externas. Colaboraciones que pueden ser gratificantes por ambas partes. Por parte de los museos tienes programación con coste 0 y sin añadir más trabajo. Una empresa/profesional difunde el museo y utiliza su historia/espacio museístico para desarrollar un proyecto. El feedback es mutuo entre ambos y deberían salir a flote más proyectos colaborativos entre museos vs profesionales culturales externos.
A mi ARPA me decepcionó un poquito. Me esperaba mucho más. Igual va mejorando. Muchas gracias por tu visión Libe! Un besazo guapa!! 🙂
Estoy completamente de acuerdo contigo Sara. A mi me pasó algo muuuuuy parecido en el Museu de Prehistòria de València. Mandé diferentes correos para pedir si podía ir un día con algún conservador a ver la colección, pues necesitaba las fichas técnicas para hacer reproducciones en una exposición que quería presentar a concurso, después de 3 correos me respondieron que fuera yo misma y mirara la colección expuesta. Me extrañó mucho esa reacción, tengo que decir! Así que fui cámara en mano y cada pieza que veía le hacía una foto. Hacía estas fotos para poder pedir luego las fichas técnicas. Una vez mandado el correo con tooooodas las fotos hechas (yo pensaba: no tengo ni idea de cómo lo harán, pero se ve que este es su protocolo para gente que quiere hacer reproducciones para una exposición), pasó muuucho tiempo y mandé dos correos más pidiéndoles las fichas técnicas porque debía entregar el proyecto a un concurso público. De repente un día me responde una conservadora y me dice que ese no es el procedimiento y que debo ir un día con una de ellas a ver las piezas y que ya no había tiempo para concretar la cita, ya que había hecho la petición sin bastante antelación. ¡Me quedé helada! ¡Habían pasado ya más de 3 meses desde mi primer correo! Así que mi sentimiento fue de frustración, incomprensión y decepción.
Me mandaron de un lado para el otro, no me respondieron correos y al final me quedé sin la información porque YO no lo había pedido con antelación.
Durante el mismo tiempo me puse en contacto en el Museo de Cerámica Gonzalez Martí. Al día siguiente en mi correo electrónico tenía todas las fichas técnicas necesarias, además de un atención exquisita por parte de todo el museo.
Conclusión: Se nota si hay ganas o no de compartir y difundir los fondos del museo o simplemente se mueven por sus propios intereses, ¿Cuáles son? ¡nadie lo sabe! Pero sí después se quejan de que nadie va y no son conocidos.
Muchas gracias Rosa por contar tu experiencia. Como ya he comentado anteriormente, creo que es beneficioso que se cuenten tanto las buenas, como las malas prácticas y hacerlas públicas para que los usuarios conozcan como son los museos y a que atenerse en caso de que necesiten ponerse en contacto con ellos por diferentes motivos.
Y muy de acuerdo contigo en tu último párrafo. Si los trabajadores del museo quieren difundir su colección y lo que hacen en el museo, conectan y establecen una comunicación bidireccional con los usuarios. Sino, pues todo son dificultades o simplemente no te contestas
Estos días ha sucedido un caso de lo más peculiar e indignante por Twitter. La fundación Dalí había «amenazado» a un blogger por utilizar la imagen de una de sus colecciones. Desde luego esta acción se desvía enormemente de uno de sus objetivos: «difundir la obra de Dalí Aquí se ve claramente que el museo no piensa en cuidar a sus usuarios, sino que sólo piensa en su beneficio propio. Lamentable esta situación. Una gran pena que la obra de Dalí se vea ensombrecida por estas acciones y gestiones por parte de los trabajadores/patronato de la fundación privada.
Completamente de acuerdo, sobretodo porque no tienen fin de lucro, simplemente de difundir el patrimonio. Yo entiendo que los derechos de autor están para proteger la explotación comercial ilícita, pero de ahí a que prohíban toda difusión,y más por un blog que no tiene ningún beneficio, es surrealista!
Buen post! Lo que tú comentas me recuerda muchísimo al caso de las acciones del Museo del Prado en Twitter hace algunos años, en las que dominaba la voluntad de no hacer las cosas bien. Por suerte ahora se ve como un ejemplo de cómo no debe de actuar una institución. En El Dado del Arte se habla de este caso:
http://eldadodelarte.blogspot.com.es/2012/02/lo-que-no-se-debe-hacer-casos.html
En fin, que interactuar con un usuario interesado en cualquier ámbito (físico o virtual) depende de las ganas del que escucha.
Hola Nacho! recuerdo ese caso perfectamente. Por suerte, lo han solucionado. Lo cual es de agradecer y todo un logro que hayan rectificado sus acciones/políticas de comunicación para con los usuarios. Pero todo fue gracias a una serie de bloggers que hablaron sobre este tema en particular y que tuvo repercusiones en Twitter y otras RRSS. Sin su voz (posts) de reivindicación, igual #UnCMparaelPrado hubiese pasado desapercibido y no se hubiese rectificado este error. Fue un gran logro. Por eso opinó que es bueno hablar de estas cosas, darlas a conocer, para que la gente se enteré. Igual a alguien le interesa conocer como son o le ha pasado lo mismo. Igual lo lee el Museo afectado y rectifica sus medidas (esperemos). Ojalá.
Muchas gracias por tu comentario Nacho. Un saludo 😉