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La Gestión Cultural de la Galería Uffizi.
Carencias en un museo decimonónico no acorde con el s. XXI.
En mi anterior post, “Consejos para los futuros visitantes a la Galeria Uffizi”, una especie de manual de supervivencia, pudisteis comprobar, aparte de mi descontento general, ciertos problemas de gestión del museo desde la perspectiva del visitante y no tanto del de gestora cultural. Hoy quiero centrarme más en esto último.
Como gestora cultural, inconscientemente veo lo que no ven otros. Hay una especie de tercer ojo que no sólo se fija en el contenido del museo, sino que ve más allá y observa a los visitantes, cómo reaccionan, que hacen, cuantos minutos pueden estar delante de una obra, y aparte en mi mente se van quedando guardadas los servicios y las funcionalidades que tiene el museo desde que entro por la puerta hasta que salgo. Todo un cumulo de sensaciones y experiencias que voy acumulando en mi bloc mental. Cosas como ¿hay nuevas tecnologías disponibles? ¿Y Wifi? El grado de masificación de visitantes en el museo; los servicios de las audioguías y como son los folletos informativos; la señalización y la accesibilidad; si hay o no guardarropa; ¿se pueden hacer fotos? ¿Hay manipulativos? ¿Y ascensores? ¿Existe material didáctico para familias y niños? ¿Se ha pensado en la segmentación de públicos? Y un largo etc. Pueden parecer tonterías, pero no lo son. Simplemente son cosas que a primera vista, pueden pasar desapercibidas, porque a veces lo damos por hecho, pero estas cosas que parecen diminutas, si las juntamos, son un enorme pack necesario en cualquier institución cultural. Antes de empezar, quiero decir, que nadie, y menos las escritoras de este blog, pone en duda la calidad artística de su colección y del museo. Tienen una colección permanente con obras muy importantes y únicas en todo el mundo. Pero eso no quita lo otro.
Así que empecemos por el principio del principio. Antes de entrar incluso en el museo. Uno de los mayores problemas que vi en Uffizi fue la organización de los visitantes a la hora de entrar en el museo.

En vez de tener entradas diferentes para los visitantes que van con grupo, los que han reservado entradas anticipadas y los que no han reservado, todos entran por el mismo sitio. Y esto es un problema. Se crea unas largas colas (para los “sin reserva”) de mínimo 2 horas de espera, que cuando entras, ya estas agotado (ni en un parque de atracciones). En mi opinión los dos primeros grupos deberían tener un acceso diferente a los de sin reserva, porque obviamente, los dos primeros tienen preferencia respecto a los “sin reserva”. La cuestión es que aunque lógico, esperar de 2 a 3 horas por entrar en un museo, no sólo es una barbaridad, sino que indica un claro problema de organización y gestión de los visitantes ya desde el inicio. Además, cuando vas y ves tanta gente amontonada en un mismo espacio, la gente se confunde y marea, porque no sabe donde puede comprar las entradas o por donde debe entrar. Esto se debe a la falta de señalización (y si hay alguna que indique el paso por dónde van los grupos y por dónde van los que tienen reserva, es tan pequeño o no está por encima del nivel de los ojos, que con tanto aglutinamiento de gente, no se puede ver). Lo que conlleva a tener que preguntar “¿para qué sirve esta cola?” ¿Es por aquí por donde se entra?” o cotillear a ver que hacen unos y otros. Otro problema que veo aquí es que muchos “futuros visitantes” al ver la cantidad de cola que tienen que hacer, se asustan y no entran (ya sea por ahorrarse la cola – tiempo perdió – o por falta de tiempo, ya que prefieren visitar otras cosas de la ciudad). Lo que a la larga significa, menos visitantes y menos dinero. Además de la mala imagen que dan esas colas tan largas para entrar en un sitio (desde mi humilde opinión). Pero es una lástima que muchas personas que viajan a Florencia no entren y disfruten del arte de la Galeria Uffizi por culpa de los accesos al mismo.
Una vez ya dentro, otro problema que vi (y que se repitió en el Palazzo Vecchio) es el del guardarropas (que ya comente también en el otro post). A la gente no le gusta ir cargada con los abrigos y los bolsos (u otros objetos) por todo el museo, y menos si se trata de un museo tan grande como el Uffizi. Si no hay espacio en los guardarropas o personas para estar cuidando los trastos, deberían poner taquillas. Los visitantes lo agradecerían. Desde luego, a mi me fastidio, y mucho, no poder dejar ni el abrigo, ni el bolso (en cambio si se podían dejar los paraguas y las mochilas grandes). Ir cargada 2 o 3 horas con los bolsos, al final cansa. Y terminas con dolor de hombro y hasta la coronilla de llevar el abrigo en la mano. Así que recomiendo que creen salas con taquillas con diferentes tamaños. De esa manera facilitas la comodidad al visitante mientras este en el museo.
Carencia casi inexistente de nuevas tecnologías.
Aparte de no disponer de Wifi (algo que en mi opinión es esencial en todo museo en el s. XXI), la innovación más innovadora que tiene son las audioguias de toda la vida (y que suelen ser un rollo). Me esperaba algo más, sinceramente. Alquiler de tablets con contenido informativo del museo (en forma de catalogo o con vídeos y audioguías – algo que por ejemplo sí que tiene el Palazzo Vecchio), o que en el propio museo pusieran información de si tienen una App del museo (investigando estos días en casa, he descubierto que si tienen una) que es una especie de mini catalogo informativo con las obras principales, autores y un mapa. De códigos QR, Realidad Aumentada u otros sistemas similares tan utilizados en otros países mejor ni lo nombramos. Las RSS, por desgracia, no son algo que tengan demasiado en cuenta. Un gran error, ya que como se está comprobando recientemente, que su uso, aumenta y atrae, además de fidelizar el número de visitantes (casos como el del TATE y su visita guiada por la exposición de Lichtenstein a través de Twitter, son un claro ejemplo del éxito y la necesidad social por involucrarse en los museos a través de las RSS). Ni tienen perfil en Twitter, ni en Facebook (hay un perfil que no ha sido actualizado desde octubre del 2011 y no creo que pertenezca a la institución). Y del resto, mejor ni hablamos (Pinterest, Flickr…). Así que lo más innovador que tienen es su web.
Carencia de programas educativos. No vi nada en el museo, y tampoco lo he visto en la web. No existe ningún material didáctico (las maletas didácticas) a parte de unos libros-catálogos que hay a la entrada del museo (de pago) para niños o familias. Pero ni vi que se ofrecieran talleres o actividades relacionadas con las obras del museo, ni nada.
Las salas expositivas

Dejando aparte la señalización, que en muchos casos en casi inexistente en todo el museo, la iluminación en algunos casos deja bastante que desear (refleja en muchas obras de arte), pero lo que más me impacto fue la sala Botticelli. En dicha sala hay una especie de microclima (donde hace mucho calor) debido a la gran masificación de gente que hay en este espacio (que se queda pequeño). Y a pesar de que habían 6 humificadores/aires acondicionados (no se bien que eran los 6 aparatos) para regular la temperatura, de nada servía. Esas altas temperaturas, unidas con la contaminación humana, son muy perjudiciales para la buena conservación de las obras de arte.
¿Pero cómo es posible que sólo en esta sala se cree esa especie de microclima? Aparte de tener la obra más famosa del Uffizi, “El Nacimiento de Venus” y todas las otras obras de Botticelli (el gran reclamo del museo), en esta sala se crea el cuello de botella. Vamos a explicarlo con imágenes para que quede más gráfico y lo entendáis mejor.
Si os fijáis en la imagen, la sala amarilla es la de Botticelli (corresponde a la sala 10-14). En la que se pueden observar dos accesos. Dos accesos que pueden ser bidireccionales, ya que mucha veces, como no quieres perderte la zona del pasillo (donde hay también obras de arte y esculturas) haces marcha atrás… resumiendo, que puedes entrar por una sala (como la 15) y de ahí pasar a la de Botticelli, parándote a contemplar las obras de este artista y siguiendo el camino hacia la sala 9 y retroceder de nuevo al ver que ya habías entrado en dicha sala pero por cuestiones de masificación de gente no habías podido pasar por el acceso que daba a la sala 10-14.
Inconscientemente, a pesar de haber pasado ya por la sala Botticelli, no puedes evitar pararte de nuevo a contemplar ciertas obras de arte. De tal modo que tenemos a la gente que está de paso hacía una nueva sala y que ha retrocedido, a la gente que se queda mucho tiempo en esta sala quieto contemplando y a los que vienen detrás y que todavía no han visto las obras. De tal modo que este espacio queda densamente ocupado por los visitantes (masificación de público) donde no fluye tan rápidamente dicho público a diferencia de otras salas. No sé si me explico. La conclusión que quiero extraer de esto es que si las obras de Botticelli (las más importantes) se encontraran en un amplio pasillo con una sola dirección, sin accesos a otras salas de por medio (tal y como esta en el Rijksmuseum la obra de Rembrandt “La ronda de noche”) facilitaría el tránsito (circulaciones) por el espacio expositivo y no quedarían congestionadas dichas salas. Al acumularse tanta gente en un mismo espacio, muchos usuarios se agobian y realmente no disfrutan de la obra (y aún ocurre más cuando te pillas esos grandes grupos de 30 -40 personas con guía turística).
Información de las obras: en las cartelas sólo estaban los datos generales: nombre de la obra, autor, año, medidas y técnica. Pero ninguna información básica sobre las obras. De tal forma que sólo puedes tener información comprándote el catalogo, la App (con tu propio móvil) o entrando en su página web desde tu propio dispositivo móvil (siempre que tengas internet). El folleto informativo sólo indica los datos generales del museo y un plano de las salas (sin ninguna ruta sobre las obras más importantes, ni nada – material que te facilitan no obstante en su web).
Interactivos. El único manipulativo que hay en todo el museo es una copia en relieve fabricada con escayola y a tamaño pequeño de El nacimiento de Venus. Pensado para las personas con deficiencias visuales.
Tienda: como ya comente en el otro post, el no tener un acceso desde la calle, es un error que veo, ya que están privando al museo de poder conseguir más recursos económicos (tampoco tienen tienda online – aparte de parar comprar los tickets del museo). Un acceso desde la calla a la tienda (que no al museo) da la posibilidad de que los turistas o la población local, entren para comprar un recuerdo o un libro especializado, sin tener la necesidad de entrar en el museo.
PROYECTO NEW UFFIZI

Plano tomado prestado de la web de la Galería Uffizi. http://www.uffizi.org
Estos días pasados, cuando visite la galería Uffizi, todos los visitantes nos percatamos de que el museo estaba en plena construcción. Pasábamos por pasillos llenos de paredes de corchos o materiales similares que en un futuro serán nuevas salas expositivas o espacios museísticos con otros usos.
Actualmente, la Galería Uffizi se encuentra en un enorme proyecto de rehabilitación del edificio. Se trata del proyecto “New Uffizi”. Un espacio nuevo más acorde a nuestro siglo, pensando tanto en conservar mejor su patrimonio artístico y histórico, así como disponer de más salas y espacios para mostrar al público nuevas obras de arte que por falta de espacio tienen guardadas bajo llave. Al mismo tiempo, con dicha rehabilitación, también se quiere conseguir un nuevo espacio más acorde a las necesidades de los visitantes actuales, y así cubrir ciertas carencias que tiene el edificio antiguo.
Esperamos que este proyecto de rehabilitación se adapte a las necesidades de un museo del s. XXI, y sobre todo, que piense en su público, tanto en temas de servicios como en temas de accesibilidad. Un proyecto que puede resolver todas estas carencias que hemos nombrado arriba. Sólo el tiempo nos dirá si ha servido de algo esta rehabilitación o no.
La Gestió Cultural de la Galeria Uffizi.
Carències a un museu decimonònic no acord amb el s. XXI.
En el meu anterior post, “Consejos para los futuros visitantes a la Galeria Uffizi”, una espècie de manual de supervivència, vàreu poder comprovar, a banda del meu descontent general, certs problemes de gestió del museu des de la perspectiva del visitant i no tant del gestor cultural. Hui vull centrar-me més en aquest últim aspecte.
Com gestora cultural, inconscientment veig allò que no veuen els altres. Hi ha una espècie de tercer ull que no sòls es fixa en el contingut del museu, sinó que va més enllà i observa els visitants, la seva reacció, el què fan, quants minuts poden estar davant d’una obra, i a banda en la meva ment es van emmagatzemant els serveis i funcionalitats que té el museu des de que entre per la porta fins que ix. Tot un cúmul de sensacions i experiències que vaig escrivint al meu bloc mental. Coses com, hi ha tecnologies disponibles? I wifi? El grau de massificació de visitants en el museu; els serveis de les audioguies i com són el fullets informatius; la senyalització; l’accessibilitat; si hi ha o no guarda-roba; es poden fer foto? Hi ha manipulatius? I ascensors? Existeix material didàctic per famílies i nens? S’ha pensat en la segmentació de públics? I un llarg etc. Poden semblar bobades, però no ho són. Simplement són coses que a primera vista, poden passar desapercebudes, perquè a vegades ho donem per fet, però, si aquests aspectes que semblen diminuts els unim, són un enorme pack necessari en qualsevol institució cultural. Abans de començar, vull dir, que ningú i menys les escriptores d’aquest bloc, posen en dubte la qualitat artística de la seva col·lecció i del museu. Tenen una col·lecció permanent amb obres molt importants i úniques en tot el món. Però una cosa no lleva l’altra.
Així que comencem pel principi del principi. Abans d’entrar inclús al museu, un dels majors problemes que vaig veure a Uffizi fou l’organització dels visitants a l’hora d’entrar al museu.

En compte de tindre entrades diferents per als visitants que van amb grup, els que han reservat entrades de bestreta i els que no han reservat, tots entren pel mateix lloc. I açò és un problema. Es creen llargues cues (per als “sense reserva”) de mínim 2 hores d’espera que quan entres ja estàs esgotat (ni a un parc d’atraccions). En la meva opinió, els dos primers grups caldria que entraren per un accés diferent als de sense reserva, perquè, òbviament, els dos primer tenen preferència respecte als “sense reserva”. La qüestió és que encara que lògic, esperar de 2 a 3 hores per entrar a un museu, no sòls és una barbaritat, sinó que indica un clar problema d’organització i gestió dels visitants ja des del inici. A més, quan vas i veus tanta gent amuntonada en un mateix espai, la gent es confon i mareja, perquè no sap on pot comprar les entrades o per on cal entrar al museu. Açò es símptoma de la falta de senyalització (i si hi ha alguna que indique el pas per on van els grups i per on van els que tenen reserva, és tan menuda o no està per damunt del nivell dels ulls, que amb tanta gent no es pot veure). El què desemboca a fer-se la pregunta: per a què serveix aquesta cua? És per ací per on s’entra? O xafardejar a veure que fan uns i altres. Altre problema que hi veig és que molts “futurs visitants” a la ver la quantitat de cua que tenen que fer, s’espaventen i no entren (ja siga per estalviar-se la cua –temps perdut- o per falta de temps, ja què prefereixen visitar altres aspectes de la ciutat). A la llarga açò suposa: menys visitants i menys diners. A més de la mala imatge que donen aquestes cues tan llargues per entrar a un lloc (des de la meva humil opinió). Però, és una llàstima que moltes persones que viatgen a Florència no entre i gaudeixin de l’art de la Galeria Uffizi, per culpa dels seus accessos.
Una vegada ja dins, altre problema que vaig veure (que també es va repetir al Palazzo Vecchio) és el guarda-roba (que ja comentí a l’altre post). A la gent no li agrada anar carregada amb els abric i bosses (o altres objectes) per tot el museu, i damunt si és un museu tan gran com la Galeria Uffizi. Si no hi ha espai en els guarda-roba o persones que estan cuidant els efectes personals, cal posar taquilles. Els visitants ho agrairan. Sense dubte, a mi em va fastiguejar molt no poder deixar el meu abric, ni la bossa (en canvi sí que es podien deixar paraigües i motxilles grans). Anar carregada 2 o 3 hores amb la bossa, al fina una es cansa i acabes amb mal de muscle i fins al nas de portar l’abric a la mà. Així que recomane que creen sales amb taquilles de diverses mides. D’aquesta forma facilites la comoditat al visitant mentre estiga al museu.
Carència quasi inexistent de noves tecnologies.
A banda de no disposar de Wifi (un aspecte essencial per a tot museu del s. XXI), la innovació més innovadora són les audioguies de tota la vida (i que solen ser un rotllo). M’esperava alguna cosa més, sincerament. Lloguer de tablets amb contingut informatiu del museu (amb forma de catàleg o amb vídeos i audioguies – una cosa que sí que tenen al Palazzo Vecchio), o que al propi museu es posara informació de si tenen una App del museu (investigant aquests dies a casa, he descobert que sí que tenen una) que és una espècie de mini catàleg informatiu amb les obres principals, autors i un mapa. Sobre còdecs QR, Realitat Augmentada o altres sistemes similars tan usats en altres països millor ni anomenar-los. Les RSS, per desgràcia, no són un aspecte que tinguen massa en compte. Un gran error, ja què com està comprovat recentment, el seu ús augmenta i atrau, a més de fidelitzar el nombre de visitants (casos com el del TATE i la seva visita guiada per l’exposició de Lichtenstein a través de Twitter, són un clar exemple de l’èxit i la necessitat social per involucrar-se als museus a traves de les RSS). No tenen perfil en Twitter, ni en Facebook ( hi ha un perfil que no ha sigut actualitzat des d’octubre del 2011 i no crec que ertanye a la institució). I de la resta, millor ni parlem (Pinterest, Flickr…). Així que el més innovador que tenen és la seva web.
Carència de programes educatius. No vaig veure res al museu i tampoc ho he vist a la web. No existeix cap material didàctic (les maletes didàctiques) a banda d’uns llibres-catàlegs que hi ha a l’entrada del museu (de pagament) per xiquets i famílies. Però ni vaig veure que s’oferiren talleres o activitats relacionades amb les obres del museu, ni res.
Les sales expositives
Fotografia prestada d’esta web http://www.artribune.com/2013/01/merito-alla-generosita-degli-amici-degli-uffizi-il-museo-fiorentino-presenta-la-sala-michelangelo-dopo-un-restyling-da-130-000-euro-un-gioiello-rosso-donato-alla-citta/
Deixant de banda la senyalització, que en molts casos és quasi inexistent a tot el museu, la il·luminació en alguns casos és decebedora (reflexa en moltes obres d’art), però el que més m’impactà fou la Sala Botticelli. En aquesta sala hi ha una espècie de microclima (on fa molta calor) degut a la gran massificació de gent que hi ha en aquest espai (que es queda menut). A pesar de que hi havia 6 humificadors/aires condicionats (no sé exactament que eren els 6 aparells) per regular la temperatura, no servia de res. Aquestes altes temperatures, unides amb la contaminació humana, són molt perjudicials per a la bona conservació de les obres d’art.
Però com es possible que sòls en aquesta sala es crea aquesta espècies de microclima? A banda de tindre l’obra més famosa del Uffizi, “El naixement de Venus” i totes les altres obres de Botticelli (el gran reclam del museu), en aquesta sala es crea el coll de botella. Anem a explicar en imatges per a que siga més gràfic i ho entengueu millor.
Si vos fixeu en la imatge, la sala groga és la de Botticelli (correspon a la sala 10-14). En la què es poden observar dos accessos. Dos accessos que poden ser bidireccionals, ja què moltes vegades, com no vols perdre’t la zona del corredor (en la què també hi ha obres d’art i escultures) fas marxa enrere… resumint, que pots entrar per una sala (com la 15) i d’ahí passar a la de Botticelli, parant a contemplar les obres d’aquest artista i seguint el camí fins la sala 9 i retrocedir de nou al veure que ja havies entrar en aquesta sala però per qüestions de massificació de gent no havies pogut passar pel accés que donava a la sala 10-14.
Inconscientment, a pesar d’haver passat ja per la Sala Botticelli, no pots evitar parar-te de nou a contemplar certes obres d’art. D’aquesta forma tenim a la gent que està de pas cap una nova sala i que ha retrocedir, a la gent que es queda molt de temps a la sala parat contemplant i als què venen darrere i que encara no han vist les obres. Així que aquest espai queda densament ocupat pels visitants (massificació de públic) on no flueix tan ràpidament aquest públic a diferència d’altres sales. No sé si m’explique. La conclusió que vull extraure d’açò és que si les obres de Botticelli (les més importants) es trobaren en un ampli corredor amb una sola direcció, sense accessos a altres sales pel mig (com està al Rijksmuseum l’obra de Rembrandt “La ronda de nit”) facilitaria el trànsit (circulacions) per l’espai expositiu i no quedarien congestionades aquestes sales. Al haver-hi aquesta acumulació de gent, la gent s’atabala i realment no gaudeixen de l’obra (i encara passa més quan et pilles a un d’aquests grups de 30-40 persones amb guia turística).
Informació de les obres: en les cartel·les sòls estaven les dades generals: nom de l’obra, autor, any, mesures i tècnica. Però cap informació bàsica sobre les obres. D’aquesta forma, sòls pots tindre informació comprant el catàleg, la App (amb el teu propi mòbil) o entrant en la seva pàgina web des del teu propi dispositiu mòbil (sempre i quan tingues internet). El fullet informatiu sòls indica les dades generals del museu i un plànol de les sales (sense cap rita sobre les obres més importants, ni res – material, no obstant, que et faciliten a la seva web).
Interactius. L’únic manipulatiu que hi ha en tot el museu és una còpia a petita escala en relleu fabricada amb algeps de “El naixement de Venus”. Pensat per les persones amb deficiències visuals.
Tenda: com ja comentí a l’altre post, el no tindre un accés des del carrer, és un error que veig, ja què estan privant al museu de poder aconseguir més recursos econòmics (tampoc tenen tenda on-line – a banda de per comprar els tiquets del museu). Un accés des del carrer per comprar un record o un llibre especialitzar, sense tindre la necessitat d’entrar al museu.
PROJECTE NEW UFFIZI
«la sala blava» forma part de la nova ampliació del museu. Es tracta de unes sales expositives dedicades a pintures d’altres països europeus. Actualment, esta secció està oberta al públic. Plànol cedit a la Galeria Uffizi. http://www.uffizi.org
Aquests passats dies, quan visití la Galeria Uffizi, tots els visitants vàrem veure que el museu estava en plena construcció. Passàvem per corredors plens de parets de suro o materials similars que en un futur seran noves sales expositives o espais museístics amb altres usos.
Actualment, la Galeria Uffizi es troba en un enorme projecte de rehabilitació de l’edifici. Es tracta del projecte “New Uffizi”. Un nou espai més acord al nostre segle, pensat tant per conservar millor el seu patrimoni artístic i històric, així com per disposar de més sales amb clau. Al mateix temps, amb aquesta rehabilitació, també es vol aconseguir un nou espai més acord a les necessitats del visitant i així cobrir part de les carències que té aquest vell edifici.
Esperem que aquest projecte de rehabilitació s’adapte a les necessitats d’un museu del s. XXI, i, sobretot, que pense en el seu públic, tant amb tema de serveis com d’accessibilitat. Un projecte que pot resoldre totes les carències que hem esmentat més amunt. Sòls el temps ens dirà si ha servit d’alguna cosa aquesta rehabilitació, o no.
Mi visita a la Uffizi.
Uffizi es el museo donde se encuentran la mayoría de joyas del Renacimiento. Si pasas por ahí verás los cuadros que ilustraban tus libros cuando estudiabas esa época gloriosa.
La pinacoteca de la que hablamos tiene obras de estos maestros. Me llamó la atención La Anunciación de Leonardo, pues creí que era un cuadro más pequeño. El jardín donde está el ángel esta lleno de flores pintadas con gran detalle. Hay numerosas obras de contemporáneos suyos como Botticelli y Ghirlandaio, que además coincidieron en el taller de Verrocchio, así como de pintores de anteriores generaciones, del Quattrocento. Si en el Louvre de París la estrella es la Gioconda en la galería Uffizi reina Botticelli con La primavera y El nacimiento de Venus.
Sin embargo estas pinturas no se exhiben en las mejores condiciones.
Los cuadros de gran formato, están en una gran sala con focos altos y están protegidas por un grueso cristal verdoso. Los reflejos en el vidrio y la iluminación no contribuyen en la contemplación de las pinturas y los detalles se pierden. Los personajes de la Primavera en el jardín cubierto de flores, que me recordaron el jardín de la Anunciación de Leonardo, conviven con invitados anónimos y puertas de entrada reflejados, como parte de la composición.
Otras salas están sin aclimatar y las obras expuestas, en este caso retablos góticos soportaban altas temperaturas y ventilación deficiente. las ciudades cada vez se parecen más a los parques temáticos, donde los turistas deambulan de una iglesia a un museo, mercado o cualquier lugar reflejado en una guía, para ver en malas condiciones las obras, después de soportar largas colas y pagar un precio alto por entrar.
http://www.jesuscuenca.com/2012/09/santa-maria-del-fiore-florencia-en.html
Muchas gracias por hacernos participe de tu experiencia y punto de vista. Esperemos que con la nueva renovación del edificio ( no se si ya lo han terminado) se hayan solucionado muchas de estas deficiencias.
totalmente de acuerdo con la exposición de las deficiencias del Museo. Este mismo año visité el Prado y es otro mundo: luz, espacio para andar, buena información….Es increíble que las paredes están mugrientas y sucias, que la sala Boticelli esté con focos mal direccionados y bombillas fundidas y tan apenas se puedan ver la Primavera y el nacimiento de Venus , achatadas de color y con unos reflejos ominosos. Las que cuidan ?????? están estudiando apuntes, con el móvil o directamente de cháchara unas con otras ( total como hay alarmas para qué vigilar…); sólo están atentas al clic de los turistas al hacer fotos ( que manía con impedir lo que ni el Prado ni en el Louvre, ejemplos de 2 Museos de verdad mucho mejores que éste, no impiden ). Una verdadera pena que cuadros tan impresionantes y que están en todos los libros de arte no puedan disfrutarse por tantos fallos de organización. La sala de Caravaggio parecía un garage de lo pequeña y sucia que estaba. La venus de Urbino en una especie de pasillo mal iluminado también…. Las salas con la pintura europea, prefabricada en especie de barracones angostos y con los cuadros apretados…( supongo que será temporal…). Cría fama y échate a dormir ………… es el refrán que más cuadra a este museo.
Hay mucho que mejorar en muchos museos, y más si son ya grandes museos, en edificios antiguos… muchas gracias por tu opinión Carlos. Sólo espero que cambie algo para mejor cuando regrese de viaje a Florencia algún día.